DICEN que nadie, ningún ser humano, luzca la personalidad que luzca y defienda los colores que defienda en la vida, es responsable de sus emociones, pero sí de lo que hace con ellas. Y es que un fugaz silencio, una palabra más alta que otra o un simple gesto pueden hacer saltar por los aires la intención de mantener frío el corazón para dejar desnuda el alma.

vía Un templo a la medida de Xavi. Deia. Noticias de Bizkaia...