Fútbol y economía entrelazan sus caminos. Los tiempos de crisis nunca son buenos para los que se dedican profesionalmente al negocio del balón. Ni para los que juegan, ni para los que dirigen los equipos. El modelo está montado para manejar grandes cantidades de dinero y si los ingresos no son los ideales, todo se va por el sumidero. La bajada de asistencia del público a los campos es un hecho en la mayoría de los equipos del campeonato. También lo es que el negocio del extrarradio (merchandising de los clubes, venta de productos televisivos y la influencia de los días de fútbol en sectores comerciales) se mueve en unos números muy inferiores a las de cinco años atrás, cuando las camisetas oficiales de los equipos se compraban al ritmo de calzoncillos y siempre había candidatos a hacerse con las entradas más caras de cada partido, esas que para los seguidores alemanes suponen lo mismo que pagar el primer plazo del alquiler de un apartamento para unas vacaciones a orillas del Mediterráneo.

vía El Athletic es uno de los pocos que está capeando la crisis económica.