Marcelo Bielsa y Fernando Llorente consensuaron antes del partido que el delantero riojano no participase en el encuentro de homenaje a San Mamés. La decisión fue tomada por ambos para que la previsible pitada al jugador de Rincón de Soto no empañase la despedida del estadio bilbaíno.
Desde el centro del campo, visiblemente emocionado, el futuro jugador de la Juventus dedicó un aplauso a la grada de la que se despedía de manera definitiva. Una grada que no lo ha tratado especialmente bien desde que se supiera su decisión de no continuar en el conjunto rojiblanco.