Es un ingrediente imprescindible, la salsa del fútbol. Y aunque encajar pocos goles acostumbre a ser sinónimo de éxitos, y por tanto un objetivo perseguido por todos los equipos, las victorias solo se aseguran marcándolos. De ahí que los killers sean los protagonistas de los traspasos más sonados y disfruten de las fichas con más ceros. De ahí también que la recién concluida pretemporada del Athletic genere cierta intranquilidad: se crean ocasiones, sí, como destaca Ernesto Valverde, pero a los jugadores rojiblancos les cuesta aprovecharlas para hacer gol.
Pese a ese estilo de juego dominador que quiere desplegar el Athletic, de hecho, los rojiblancos han sido incapaces de marcar en tres de sus ocho amistosos. Y han acumulado dos tercios de sus goles en apenas dos enfrentamientos, los dos primeros, ante el Bermeo y un Eintracht más rodado pero recién ascendido a la Bundesliga tras tres décadas de ausencia.