Iker Muniain anotó el gol de la victoria y nos encogió el corazón en un puño a poco del final cuando dejó pasar una pelota dentro del área que casi acaba en el empate vallisoletano. Fue el fiel reflejo del partido intenso y trabajado vivido ayer en un Pucela con ambientación rojiblanca en la grada, que acabó coreando el ¡Que bote San Mamés!, con los leones saludando desde el césped y alegrando el regreso de los suyos a casa.

Ernesto Valverde nunca había ganado en su debut, dos empates y tres derrotas llevaba cosechadas. Anoche, se embolsó tres labrados puntos, una victoria meritoria, quizá injusta porque lo justo hubiese sido el reparto de medallas, pero que encarrila el nuevo proyecto zurigorri y con el mejor pie posible.

vía Victoria que allana el camino – GARA.