VIVE el fútbol moderno, cada vez más industria, mercancía y parqué bursátil, por encima de los sentimientos, de la pasión y del juego, asunto menor, instalado en el trastorno bipolar, sobreactuado, desquiciado. Agitado por un relato histriónico, de héroes o villanos, de ganadores o perdedores, de trofeos y de fracasos, de Doctor Jekyll y Míster Hyde. Envuelto en el viciado manto del cortoplacismo, alimentado por los fogonazos de los flashes, pateando las alfombras rojas de vestuarios que son camerinos, el fútbol corre el serio riesgo de instalarse definitivamente en la pantalla de una calculadora…

vía Más grande que mil copas. Deia. Noticias de Bizkaia...