Dentro del curioso y cansino fenómeno que se desata en Bizkaia cada vez que el Athletic obtiene un éxito, con oportunistas azotando la ciudad para conseguir entradas como si se hubiera desatado una galerna, está el asunto de la sede. Después de los sucesos de la última vez, con Florentzio cerrando su estadio por obras en los baños, la gente incluso se planteó jugar en Barcelona, en casa del rival. Todo lo que lo rodeó fue lamentable, hasta que la guinda la puso una tal Espe. En esta ocasión, como no puede ser de otra manera, a la misma protagonista se le ha sumado Tebas por parte visitante, y Ortuzar por parte local. La vergüenza sonroja nuestras mejillas mientras asistimos entre divertidos y aburridos al campeonato mundial de la tontería más grande. Patriotismo de todo a 100 a costa de un partido de fútbol.
Y detrás de todo esto, el…
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