La cuarta cita de la pretemporada rojiblanca volvió a ser reveladora. No tanto por un juego descollante como por la sensación de empaque, de personalidad recurrentemente insistente en hacerse ver con protagonismo proverbial. Bien en defensa, bregadores hasta la extenuación, el Athletic marcó territorio. Fue algo espeso, a la par que ‘pesado’ para un Brujas incómodo…
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