100 años de historia sellados con una derrota, dolorosa, con un ambiente frío, helador, inmerecido para el único campo que ha vivido las 82 temporadas de Primera División. Juanlu, en el descuento, puso la puntilla a San Mamés, a una noche rara, extraña, sin esa pasión por el adiós que se presagiaba. No hubo cánticos de despedida -sí a favor de la continuidad de Marcelo Bielsa- durante el encuentro, y el ‘hasta siempre’ se limitó al acto final: el futbolista más joven de la cantera depositó un ramo de flores en el centro del campo con cien segundos de aplausos -uno por cada año del templo-, fuertes -fue el momento de mayor emoción, con gritos de «¡Athletic, Athletic!»- escoltado por el capitán rojiblanco, Carlos Gurpegui, y el del Levante, Iborra, y de fondo todos los futbolistas del club, algunos con gestos serios. Así se clausuró la vida oficial de un recinto de leyenda. Con ese ‘crescendo’ final que palió la extraña atmósfera del encuentro, impulsado por los aficionados, se clausuró La Catedral. Los hinchas, al final, supieron estar a la altura.

vía La despedida más triste y fría – Athletic Club de Bilbao.